martes, 24 de septiembre de 2013

La Revolución de Mayo: 1810


Cronología de la Semana de Mayo

La Semana de Mayo es la semana que transcurre entre el 18 y el 25 de mayo de 1810, que se inició con la confirmación de la caída de la Junta Suprema Central y desembocó en la destitución de Cisneros y la asunción de la Primera Junta.
El 14 de mayo arribó al puerto de Buenos Aires la goleta de guerra británica HMS Mistletoe procedente de Gibraltar con periódicos del mes de enero que anunciaban la disolución de la Junta Suprema Central al ser tomada la ciudad de Sevilla por los franceses, que ya dominaban casi toda la Península, señalando que algunos diputados se habían refugiado en la isla de León, en Cádiz. La Junta era uno de los últimos bastiones del poder de la corona española, y había caído ante el imperio napoleónico, que ya había alejado con anterioridad al rey Fernando VII mediante las Abdicaciones de Bayona. El día 17 se conocieron en Buenos Aires noticias coincidentes llegadas a Montevideo el día 13 en la fragata británica HMS John Paris, agregándose que los diputados de la Junta habían sido rechazados estableciéndose una Junta en Cádiz. Se había constituido un Consejo de Regencia de España e Indias, pero ninguno de los dos barcos transmitió esa noticia. Cisneros intentó ocultar las noticias estableciendo una rigurosa vigilancia en torno a las naves de guerra británicas e incautando todos los periódicos que desembarcaron de los barcos, pero uno de ellos llegó a manos de Manuel Belgrano y de Juan José Castelli. Éstos se encargaron de difundir la noticia, que ponía en entredicho la legitimidad del virrey, nombrado por la Junta caída.
También se puso al tanto de las noticias a Cornelio Saavedra, jefe del regimiento de Patricios, que en ocasiones anteriores había desaconsejado tomar medidas contra el virrey. Saavedra consideraba que, desde un punto de vista estratégico, el momento ideal para proceder con los planes revolucionarios sería el momento en el cual las fuerzas napoleónicas lograran una ventaja decisiva en su guerra contra España. Al conocer las noticias de la caída de la Junta de Sevilla, Saavedra consideró que el momento idóneo para llevar a cabo acciones contra Cisneros había llegado.10 El grupo encabezado por Castelli se inclinaba por la realización de un cabildo abierto, mientras los militares criollos proponían deponer al virrey por la fuerza.

Viernes 18 de mayo
Ante el nivel de conocimiento público alcanzado por la noticia de la caída de la Junta de Sevilla, Cisneros realizó una proclama en donde reafirmaba gobernar en nombre del rey Fernando VII, para intentar calmar los ánimos. Cisneros habló de la delicada situación en la península, pero no confirmó en forma explícita que la Junta había caído, si bien era consciente de ello.
El grupo revolucionario principal se reunía indistintamente en la casa de Nicolás Rodríguez Peña o en la jabonería de Hipólito Vieytes. Concurrían a esas reuniones, entre otros, Juan José Castelli, Manuel Belgrano, Juan José Paso, Antonio Luis Beruti, Eustoquio Díaz Vélez, Feliciano Antonio Chiclana, José Darragueira, Martín Jacobo Thompson y Juan José Viamonte. Otro grupo se congregaba en la quinta de Orma, encabezado por fray Ignacio Grela y entre los que se destacaba Domingo French.
Algunos criollos se juntaron esa noche en la casa Rodríguez Peña. Cornelio Saavedra, quien se hallaba en San Isidro, fue llamado de urgencia y concurrió a la reunión en la que se decidió solicitar al virrey la realización de un cabildo abierto para determinar los pasos a seguir por el virreinato. Para esa comisión, fueron designados Castelli y Martín Rodríguez.

Sábado 19 de mayo
Tras pasar la noche tratando el tema, durante la mañana Saavedra y Belgrano se reunieron con el alcalde de primer voto, Juan José de Lezica, y Castelli con el síndico procurador, Julián de Leyva, pidiendo el apoyo del Cabildo de Buenos Aires para gestionar ante el virrey un cabildo abierto, expresando que de no concederse, lo haría por sí solo el pueblo o moriría en el intento.
Domingo 20 de mayo
Demanda ante el virrey Cisneros por la realización de un cabildo abierto. Bajorrelieve de Gustavo Eberlein.
Lezica transmitió a Cisneros la petición que había recibido, y éste consultó a Leyva, quien se mostró favorable a la realización de un cabildo abierto. Antes de tomar una decisión el virrey citó a los jefes militares para que se presenten a las siete horas de la tarde en el fuerte.
Al anochecer se produjo una nueva reunión en casa de Rodríguez Peña, en donde los jefes militares comunicaron lo ocurrido. Se decidió enviar inmediatamente a Castelli y a Martín Rodríguez a entrevistarse con Cisneros en el fuerte, facilitando su ingreso el comandante Terrada de los granaderos provinciales que se hallaba de guarnición ese día. El virrey se encontraba jugando a los naipes con el brigadier Quintana, el fiscal Caspe y el edecán Coicolea cuando los comisionados irrumpieron.
Solamente defendió la posición de Cisneros el síndico procurador del Cabildo, Julián de Leyva. Ante la situación, Caspe llevó a Cisneros a su despacho para deliberar juntos unos momentos y luego regresaron. El virrey se resignó y permitió que se realizara el cabildo abierto. 

Lunes 21 de mayo
El 21 de mayo se repartieron cuatrocientos cincuenta invitaciones entre los principales vecinos y autoridades de la capital. La lista de invitados fue elaborada por el Cabildo teniendo en cuenta a los vecinos más prominentes de la ciudad. Sin embargo el encargado de su impresión, Agustín Donado, compañero de French y Beruti, imprimió muchas más de las necesarias y las repartió entre los criollos.
"El Excmo. Cabildo convoca á Vd. para que se sirva asistir, precisamente mañana 22 del corriente, á las nueve, sin etiqueta alguna, y en clase de vecino, al cabildo abierto que con avenencia del Excmo. Sr. Virrey ha acordado celebrar; debiendo manifestar esta esquela á las tropas que guarnecerán las avenidas de esta plaza, para que se le permita pasar libremente."

Martes 22 de mayo
El cabildo abierto se prolongó desde la mañana hasta la medianoche, contando con diversos momentos, entre ellos la lectura de la proclama del Cabildo, el debate, "que hacía de suma duración el acto", como se escribió en el documento o acta, y la
votación, individual y pública, escrita por cada asistente y pasada al acta de la sesión.
El debate en el Cabildo tuvo como tema principal la legitimidad o no del gobierno y de la autoridad del virrey. El principio de la retroversión de la soberanía planteaba que, desaparecido el monarca legítimo, el poder volvía al pueblo, y que éste tenía derecho a formar un nuevo gobierno.

Hubo dos posiciones principales enfrentadas: los que consideraban que la situación debía mantenerse sin cambios, respaldando a Cisneros en su cargo de virrey, y los que sostenían que debía formarse una junta de gobierno en su reemplazo, al igual que en España. No reconocían la autoridad del Consejo de Regencia argumentando que las colonias en América no habían sido consultadas para su formación. El debate abarcó también, de manera tangencial, la rivalidad entre criollos y españoles peninsulares, ya que quienes proponían mantener al virrey consideraban que la voluntad de los españoles debía primar por sobre la de los criollos.
Luego de los discursos, se procedió a votar por la continuidad del virrey, solo o asociado, o por su destitución. La votación duró hasta la medianoche, y se decidió por amplia mayoría destituir al virrey: ciento cincuenta y cinco votos contra sesenta y nueve. 

Miércoles 23 de mayo
Tras la finalización del Cabildo abierto se colocaron avisos en diversos puntos de la ciudad que informaban de la creación de la Junta y la convocatoria a diputados de las provincias, y llamaba a abstenerse de intentar acciones contrarias al orden público.
Por la mañana se reunió el Cabildo para contar los votos emitidos el día anterior y emite un documento:
Hecha la regulación con el más prolijo examen resulta de ella que el Excmo. Señor Virrey debe cesar en el mando y recae éste provisoriamente en el Excmo. Cabildo (...) hasta la erección de una Junta que ha de formar el mismo Excmo. Cabildo, en la manera que estime conveniente.

Jueves 24 de mayo
El día 24 el Cabildo, a propuesta del síndico Leyva, conformó la nueva Junta, que debía mantenerse hasta la llegada de los diputados del resto del Virreinato. Estaba formada por:
Presidente y comandante de armas:
Baltasar Hidalgo de Cisneros
Vocales:
Cornelio Saavedra (militar, criollo)
Juan José Castelli (abogado, criollo)
Juan Nepomuceno Solá (sacerdote, español)
José Santos Incháurregui (comerciante, español)
Dicha fórmula respondía a la propuesta del obispo Lué y Riega de mantener al virrey en el poder con algunos asociados o adjuntos, a pesar de que en el Cabildo abierto la misma hubiera sido derrotada en las elecciones. Los cabildantes consideraban que de esta forma se contendrían las amenazas de revolución que tenían lugar en la sociedad. Asimismo, se incluyó un reglamento constitucional de trece artículos, redactado por Leyva, que regiría el accionar de la Junta. Entre los principios incluidos, se preveía que la Junta no ejercería el poder judicial, que sería asumido por la Audiencia; que Cisneros no podría actuar sin el respaldo de los otros integrantes de la Junta; que el Cabildo podría deponer a los miembros de la Junta que faltaran a sus deberes y debía aprobar las propuestas de nuevos impuestos; que se sancionaría una amnistía general respecto de las opiniones emitidas en el cabildo abierto del 22; y que se pediría a los cabildos del interior que enviaran diputados. Los comandantes de los cuerpos armados dieron su conformidad, incluyendo a Saavedra y Pedro Andrés García.
Cuando la noticia fue dada a conocer, tanto el pueblo como las milicias volvieron a agitarse, y la plaza fue invadida por una multitud comandada por French y Beruti. La permanencia de Cisneros en el poder, aunque fuera con un cargo diferente al de virrey, era vista como una burla a la voluntad del Cabildo Abierto.

Hubo una discusión en la casa de Rodríguez Peña, lugar en que se reunieron dirigentes civiles y oficiales de los cuerpos, entre ellos: Manuel Belgrano, Eustaquio
Díaz Vélez, Domingo French y Feliciano Antonio Chiclana donde se llegó a dudar de la lealtad de Saavedra. Castelli se comprometió a intervenir para que el pueblo fuera consultado nuevamente, y entre Mariano Moreno, Matías Irigoyen y Feliciano Chiclana se calmó a los militares y a la juventud de la plaza. Finalmente decidieron deshacer lo hecho, convocar nuevamente al pueblo y obtener del cabildo una modificación sustancial con una lista de candidatos propios. Cisneros no podía figurar.
Por la noche, una delegación encabezada por Castelli y Saavedra se presentó en la residencia de Cisneros informando el estado de agitación popular y sublevación de las tropas, y demandando su renuncia. Lograron conseguir en forma verbal su dimisión. Un grupo de patriotas reclamó en la casa del síndico Leyva que se convocara nuevamente al pueblo, y pese a sus resistencias iniciales finalmente accedió a hacerlo.

Viernes 25 de mayo
Durante la mañana del 25 de mayo, una gran multitud comenzó a reunirse en la Plaza Mayor, actual Plaza de Mayo, liderados por los milicianos de Domingo French y Antonio Beruti. Se reclamaba la anulación de la resolución del día anterior, la renuncia definitiva del virrey Cisneros y la formación de otra Junta de gobierno. El historiador Bartolomé Mitre afirmó que French y Beruti repartían escarapelas celestes y blancas entre los concurrentes; historiadores posteriores ponen en duda dicha afirmación, pero sí consideran factible que se hayan repartido distintivos entre los revolucionarios. Ante las demoras en emitirse una resolución, la gente comenzó a agitarse, reclamando:"¡El pueblo quiere saber de qué se trata!"
La multitud invadió la sala capitular, reclamando la renuncia del virrey y la anulación de la resolución tomada el día anterior.
El Cabildo se reunió a las nueve de la mañana y reclamó que la agitación popular fuese reprimida por la fuerza. Con este fin se convocó a los principales comandantes, pero éstos no obedecieron las órdenes impartidas. Los que sí lo hicieron afirmaron que no solo no podrían sostener al gobierno, sino tampoco a sus tropas, y que en caso de intentar reprimir las manifestaciones serían desobedecidas por estas.
Cisneros seguía resistiéndose a renunciar, y tras mucho esfuerzo los capitulares lograron que ratificase y formalizase los términos de su renuncia, abandonando pretensiones de mantenerse en el gobierno. Esto, sin embargo, resultó insuficiente, y representantes de la multitud reunida en la plaza reclamaron que el pueblo reasumiera la autoridad delegada en el Cabildo Abierto del día 22, exigiendo la formación de una Junta. Además, se disponía el envío de una expedición de quinientos hombres para auxiliar a las provincias interiores.
Pronto llegó a la sala capitular la renuncia de Cisneros. La composición de la Primera Junta surge de un escrito presentado por French y Beruti y respaldado por un gran número de firmas. Sin embargo, no hay una posición unánime entre los historiadores sobre la autoría de dicho escrito. Algunos como Vicente Fidel López sostienen que fue exclusivamente producto de la iniciativa popular. Para otros, como el historiador Miguel Ángel Scenna, lo más probable es que la lista haya sido el resultado de una negociación entre tres partidos, que habrían ubicado a tres candidatos cada uno: los carlotistas, los juntistas o alzaguistas, y el "partido miliciano". Belgrano, Castelli y Paso eran carlotistas. Los partidarios de Álzaga eran Moreno, Matheu y Larrea. No hay duda de que Saavedra y Azcuénaga representaban al poder de las milicias formadas durante las invasiones inglesas; en el caso de Alberti, esta pertenencia es más problemática.
Los capitulares salieron al balcón para presentar directamente a la ratificación del pueblo la petición formulada. Pero, dado lo avanzada de la hora y el estado del tiempo, la cantidad de gente en la plaza había disminuido, cosa que Julián de Leyva adujo para ridiculizar la pretensión de la diputación de hablar en nombre del pueblo. Esto colmó la paciencia de los pocos que se hallaban en la plaza bajo la llovizna. 
El badajo de la campana del cabildo había sido mandado retirar por el virrey Santiago de Liniers tras la asonada de Álzaga de 1809. Ante la perspectiva de violencias mayores, el petitorio fue leído en voz alta y ratificado por los asistentes. El reglamento que regiría a la Junta fue, a grandes rasgos, el mismo que se había propuesto para la Junta del 24, añadiendo que el Cabildo controlaría la actividad de los vocales y que la Junta nombraría reemplazantes en caso de producirse vacantes. La Primera Junta estaba compuesta de la siguiente manera:

Presidente:
Cnel. Cornelio Saavedra

Vocales
Dr. Juan José Castelli
Dr. Manuel Belgrano
Cnel. Miguel de Azcuénaga
Dr. Manuel Alberti
Domingo Matheu
Juan Larrea
Secretarios:
Dr. Juan José Paso
Dr. Mariano Moreno
La Junta estaba conformada por representantes de diversos sectores de la sociedad: Saavedra y Azcuénaga eran militares, Belgrano, Castelli, Moreno y Paso eran abogados, Larrea y Matheu eran comerciantes, y Alberti era sacerdote. Desde otro punto de vista, los tres partidos revolucionarios estaban representados por tres miembros cada uno: Saavedra, Azcuénaga y Alberti eran moderados, Castelli, Belgrano y Paso eran carlotistas y Matheu, Larrea y Moreno eran juntistas o alzaguistas.
Acto seguido, Saavedra habló a la muchedumbre reunida bajo la lluvia, y luego se trasladó al Fuerte entre salvas de artillería y toques de campana.
Al mismo tiempo que el sol se ponía en el horizonte, una compañía de Patricios mandada por Don Eustoquio Díaz Vélez anunciaba, al son de cajas y voz de pregoneros, que el Virrey de las Provincias Unidas del Río de la Plata había caducado, y que el Cabildo reasumía el mando supremo del Virreynato por voluntad del pueblo.
El mismo 25, Cisneros despachó a José Melchor Lavín rumbo a Córdoba, para advertir a Santiago de Liniers lo sucedido y reclamarle acciones militares contra la Junta.

Más información:
Literatura "Escritos sobre educación, selección de textos" Belgrano, Manuel presentación Gagliano, Rafael 
http://www.youtube.com/watch?v=IOePseOaCE0
http://unipe.edu.ar/wp-content/uploads/2011/11/Escritos-sobre-Educacion-de-Manuel-Belgrano.pdf

Música:"El Sol del 25" Letra: Lombardo y Rozzano/interprete:Gardel, Carlos
http://www.youtube.com/watch?v=3ImwDqS9p5A


Video: Algo Habrán Hecho /Capitulo 1 -"Un posible comienzo"- Temporada I
http://www.youtube.com/watch?v=IOePseOaCE0

domingo, 15 de septiembre de 2013

Guía de lectura Nº 1: Historia Mundial I "Paleolítico y Neolítico"














1. ¿Cómo era la vida de los primeros pueblos cazadores?
2. Características generales de la cultura Paleolítica y su expansión
3. Describir el Paleolítico superior
4. ¿Cómo eran las primeras manifestaciones artísticas? 
5. ¿Qué sucedió en la transición mesolítica?
6. Características generales del Neolítico
7. ¿Cómo se desarrolló la agricultura y ganadería primitiva?












Más información:

Videos:

Documental: Los orígenes del hombre. La Odisea de la especie

Documental: El Amanecer del hombre

Guía de lectura Nº2: Historia Mundial I "Civilizaciones Mesopotámicas"



1. ¿Qué influencia tuvieron los ríos Tigris y Éufrates en el desarrollo de las civilizaciones mesopotámicas? 
2. Confeccionar un mapa de la "Medialuna fértil"
3. ¿De donde proceden las primeras oleadas de pueblos que habitaron la Mesopotamia?
4. ¿Cómo se formó el pueblo sumerio?
5. ¿Qué trascendencia tuvo Sargón de Akkad?
6. ¿Cómo se produjeron las invasiones de los pueblos bárbaros?
7. Explicar las conquistas y tácticas de guerra del pueblo asirio 
8. Elaborar un mapa de la expansión del Impero Asirio
9. ¿Cómo se produjo la destrucción de la capital del Imperio Asirio "Nínive"?
10. ¿Quién fue Hamurabi? ¿En qué consistía el código que lleva su nombre?
11. ¿Cómo se produce el resurgimiento del Imperio Babilónico?
12. ¿Cómo cae la ciudad Babilonia?

13. Religión 

a. ¿Cuál es la creencia de los pueblos mesopotámicos sobre la vida después de la muerte?
b. Origen del hombre
c. Creación del mundo
d. Dioses mesopotámicos
e. Diluvio universal 
f. Evolución de mitología 
g. Teogonía naturalista 
h. Vida terrena y ultraterrena

14. Economía y sociedad

a. Agricultura, pesca y caza
b. Comercio
c. Capitalismo y minifundismo
d. La mujer babilónica 
e. Sociedad de esclavos  

15. Arte y literatura 

a. Imágenes y esculturas
b. Escritura cuneiforme 
c. Literatura mesopotámica 
d. Épica y narrativa
e. Primera biblioteca del mundo 
f.  Calendario



Bibliografia: 


  • Grimberg, C y Svanström, R. 1984. Historia Universal. El alba de las civilizaciones. Ediciones Daimon. Buenos Aires

Enlace libro en formato pdf para trabajar en forma online o para descarga directa:
http://www.universidadsise.edu.pe/images/biblioteca/descargas/pre-sise/historia-universal.pdf

Cartografía:













Más información:
Mitología Mesopotámica 
http://www.danielmarin.es/hdc/mitolmesop.htm

Videos:

Documetal: Museo Británico: Mesopotamia, El Principio De La Civilización
http://www.youtube.com/watch?v=98vqUMQmg2w

Documental: Fenicios, mercaderes y navegantes
http://www.youtube.com/watch?v=Lr3KENFHuCM





El material también se encuentra en la fotocopiadora del Instituto en formato digital, las paginas que se utilizaran para esta guía son: 186 a 258   


miércoles, 21 de agosto de 2013

Prehistoria de la región chaqueña


     Se ha llegado a establecer una cronología anterior a los 10 mil años a.C., según los estudios y hallazgos arqueológicos, fueron tres los tipos raciales provenientes de la primera oleada migratoria procedente del Asia que contribuyeron a formar la población prehistórica del actual territorio de nuestro país: Los Huárpidos, Los Láguidos y los Patagónicos.
    Con la segunda oleada inmigratoria habrían ingresado pueblos que estarían representados por los fuéguidos del extremo sur del contenido portadores de una cultura mesolítica de pescadores y recolectores. En cuanto a la población de cultura neolítica, la que practicaba la agricultura, correspondió a un solo tipo racial, el de los Brasílicos o también denominados Amazónicos.

Origen y clasificación de los grupos aborígenes

     A partir del momento en que los españoles toman contacto con las culturas aborígenes chaquenses del actual territorio Argentino (siglo XVI), se pueden distinguir tres núcleos étnicos, que a su vez corresponden con tres familias lingüísticas bien diferenciadas: Guaycurú, Mataco-Mataguayo y Lule-Vilela.
     Los dos primeros son los llamados "chaquenses típicos". El tercer núcleo ocupaba el territorio no totalmente chaqueño y sus integrantes eran ajenos cultural y racialmente a los chaqueños típicos.
    Pertenecen a la familia Guaycurú los Mbayaes, Payaguáes, Abipones , Tobas, Pilagaés y Mocovies; los dos primeros no solo han desaparecido hace tiempo, sino que su hábitat se encontraba fuera del territorio argentino, en el Chaco paraguayo . De los dos restantes también los abipones pertenecen al pasado.
   A los Matacos -mataguayos, pertenecen los Matacos, Chorotís, Ashluslay y Maccáes, también los Noctenes, Vejoces y Mataguayos.
    Los Lules-Vilelas constituyen un complejo étnico integrado por Tonocotés, Lules y posteriormente los Vilelas, dentro de los Lules a las siguientes tribus Isistienes, Tokistiné, Oristiné, Tonocoté y Matará, todas actualmente extintas.





lunes, 19 de agosto de 2013

PERÍODO 1880-1890 UN PAÍS AGRARIO

Un nuevo panorama se ofreció para el país a partir de 1880. Se simbolizó en el lema del gobierno de Roca: Paz y administración. Se impuso la ley y la Constitución sobre cualquier divergencia interna, con lo que se consiguió fomentar el desarrollo económico y la organización del Estado.

Esto pudo hacerse porque la conquista del deserto dio ¡as seguridades necesarias para el poblamiento y la producción, y porque la federalización de Buenos Aires afirmó la autoridad del gobierno nacional.

El país se presentó entonces en condiciones de entrar en la órbita del comercio mundial. Lo hizo como proveedor de materias primas de una potencia mundial: Inglaterra.A la vez que exportaba los productos de la tierra, la nación debía importar la mayoría de las manufacturas para uso interno. Este esquema si bien proporcionó al país momentos de de prosperidad, creaba una situación de dependenciaa de la economía extranjera.

La política económica se orientó sobre las bases del fomento de la inmigraciónn y la inversión de capitales extranjeros. A raíz de la nueva política el país experimentó grandes transformaciones: aumento de tierras disponibles a consecuencia de la conquista del desierto; formación de grandes latifundios; generalización en el uso del alambrado para la delimitación de los campos; cría racional del ganado con la introducción de la mestízación aumentó de la cría del ovino estimulada por las demandas de lana; empleo de la industria del frío en la exportación de carnes; difusión del ferrocarril, creando vías de comunicación convergentes hacia el puerto de Buenos Aires: y como consecuencia. se produjo una rápida valorización de la tierra

Para lograr una efectiva producción era necesario fomentar la inmigración. El Estado realizó en tal sentido una activa propaganda ofreciendo seguridades: paz interna y posibilidades de trabajo. La mayoría de los inmigrantes provino de Italia y España; en general su afincamiento no se produjo en el campo sino en los centros urbanos Una de las causas de este hecho fue la existencia de grandes latifundios que impidieron la entrega de la tierra en propiedad a los colonos. Por su parte. las colonias agrícolas existentes no alcanzaron a absorber la masa inmigrada. Muchos de ellos se ubicaron en las estancias, donde reemplazaron al gaucho.

LAS CARACTERÍSTICAS DEL MODELO AGRARIO EXPORTADOR

Las características que definieron al modelo agrario exportador fueron las siguientes:

La dependencia económica del mercado externo. La condición de Argentina como país periférico de la economía-mundo capitalista dio lugar a que los centros industrializados europeos tuvieran poder de decisión sobre la organización de la producción argentina. En el mercado mundial se fijaban los precios de los productos y se decidía el destino de las inversiones de capitales. De este modo, indirectamente, se determinaba qué productos convenía producir en el país.

El latifundio como unidad de producción agropecuaria. La casi totalidad de la producción destinada a la exportación se obtenía en grandes propiedades rurales ubicadas en la región pampeana.

La intervención del Estado. La fuerte expansión de la demanda mundial de productos agropecuarios de clima templado y la disposición en nuestro país de tierras fértiles para esta producción, no eran condiciones suficientes para posibilitar el crecimiento de la producción y de las exportaciones agropecuarias. El Estado tuvo un papel decisivo para asegurar el funcionamiento del modelo agrario exportador. Sus acciones más importantes fueron: garantizar la libre circulación de bienes y capitales, favorecer la expansión de la red de transportes y otras obras de infraestructura facilitar la puesta en producción de las nuevas tierras de frontera, estimular la inmigración extranjera para obtener fuerza de trabajo, y organizar unsistenia jurídico y monetario.

La participación de capitales extranjeros. Las inversiones de capitales extranjeros fueron un sustento indispensable para el desarrollo del modelo agrario exportador. Estos capitales estuvieron destinados a realizar las obras que facilitaban el transporte y la comercialización de los productos argentinos en él mercado internacional. El mayor volumen de las inversiones de capital —de origen inglés—permitió la expansión del ferrocarril y la modernización del puerto de la ciudad de Buenos Aires. Las inversiones extranjeras también se destinaron a fundar bancos y empresas exportadoras que realizaban los negocios de compra y venta. Y, finalmente, fueron capitales ingleses los que instalaron los primeros frigoríficos que permitieron que la producción ganadera de carnes y sus derivados llegara a los mercados europeos con mejor calidad y, por lo tanto, obtuviera mayor precio. En algunas de estas actividades, los capitalistas ingleses se fueron asociando con capitalistas argentinos.

La inmigración extranjera. Hacia 1860, la escasez de mano de obra en la zona pampeana planteaba un obstáculo para iniciar la explotación de las tierras. El problema no podía resolverse esperando el crecimiento vegetativo de la población existente, y la población de otras regiones del país también era escasa y se caracterizaba por su inmovilidad. La solución se encontró en la incorporación de fuertes contingentes migratorios del exterior. Entre 1857 y 1914, del saldo inmigratorio neto de 3.300.000 personas, el 90% se radicó en la región pampeana, pero sólo una cuarta parte —800 mil— quedaron en las zonas rurales.

El desequilibrio regional. Las producciones destinadas a la exportación se obtenían, fundamentalmente, de la región pampeana del país. Y en el interior de ésta, Buenos Aires y su puerto fueron el núcleo que centralizó los intercambios con el mercado internacional. Por esta razón, también en ese núcleo se concentraron los grupos de mayor poder económico y los centros de decisión política que trabajaban por el mantenimiento de este modelo económico que los beneficiaba. Por estas razones, en las otras regiones del país, las economías extrapampeanas, cuyas producciones no se destinaban al mercado internacional, comenzaron a depender de la economía pampeana. Este fue el caso, por ejemplo, de la producción de azúcar en Tucumán y de vinos en Mendoza, destinada al abastecimiento del mercado interno.

El fortalecimiento de este modelo de organización de la economía y la sociedad, consolidó el dominio de un grupo social sobre el conjunto de la sociedad. Los terratenientes exportadores se fueron constituyendo en el grupo de capitalistas agrarios, y actuaron asociados con capitalistas extranjeros.

Más información:
(Video "Modelo Agroexportador" )

http://www.educ.ar/recursos/ver?rec_id=40421







sábado, 17 de agosto de 2013

La Generación del 80





                                                                                                                                                               La clase dirigente que acompaña el proceso de modernización en el que el progreso económico y la organización política provocan el surgimiento de una nueva sociedad, es la denominada Generación del ’80. En ella se destacan personalidades de distinta edad y formación como Paul Groussac, Miguel Cané, Eduardo Wilde, Carlos Pellegrini, Luis Saenz Peña y Joaquín V. González.
La idea de progreso en el campo social junto a la fe en los avances del capitalismo industrial generan una visión optimista del futuro humano.
Esta revisión, propia del positivismo requiere para su realización eliminar los obstáculos que, para los hombres del ’80, son principalmente la tradición tanto indígena como hispánica y la falta de educación al estilo europeo.
La Argentina se integra a la economía europea y al mercado mundial como compradora de manufacturas y proveedora de materias primas. Aunque las vacas son más pesadas, la balanza comercial siempre nos será desfavorable.
Los hombres de esta generación se caracterizaron por heredar y compartir muchos de los pensamientos y aspiraciones de la generación del 37, como el de que sólo la clase letrada es la poseedora del derecho a conducir el país y la adhesión al pensamiento liberal. El liberalismo sostuvo la fe en el progreso y la creencia en que el desarrollo económico sólo se alcanzaría mediante el juego libre de las fuerzas comerciales y con gobiernos limitados a respetar la libertad individual.
Fueron discípulos del pensamiento de Juan Bautista Alberdi y Herbert Spencer. Para Juan B. Alberdi (1818-84), consolidada definitivamente la unidad del país, había que "civilizarlo", y los dos pilares básicos del desarrollo eran para éste y sus discípulos ideológicos, la mano de obra y el capital extranjero. Los hombres del 80, esencialmente políticos y no teóricos, hicieron suyos estos postulados que, prácticamente eran los que habían dominado los últimos veinte años.
Herbert Spencer (1820-1903) fue un notable teórico social británico que intentó aplicar las leyes evolutivas de la biología al estudio de la sociedad. Influido por Charles Darwin (1809-82), también tomó de este el principio de la supervivencia del más apto.
El grupo dirigente del ’80 adhiere al liberalismo económico pero practica un claro conservadurismo político reservándose el manejo de los mecanismos del poder al considerarse los únicos aptos para detentarlo.
El uso del fraude electoral es moneda corriente y está facilitado por el sistema de voto cantado, la inexistencia de padrones oficiales y el ejercicio de la intimidación y la violencia.
Esto alejaba a la gente en común de la política a la que ve como una farsa, sin partidos que la representen y sin posibilidades de expresar libremente su opinión.
El proceso de la Constitución de una hegemonía Gubernamental, basada en el control de la sucesión que el presidente saliente ejercía sobre el presidente que lo iba a suceder, sobre mecanismo de fraude y control electoral aplicados lisa y llanamente en la emisión del sufragio y sobre todo, por el control que el gobierno nacional ejercía sobre las provincias y los gobernadores de provincia. Es el Senado de la nación el que va a recibir a los gobernadores salientes que a su vez cuidan la sucesión y que a su vez controlan el sistema junto con los presidentes.
Todas estas prácticas antidemocráticas y excluyentes son comunes a las diversas vertientes políticas que se alternan en el poder.
Persiste aún hoy el debate sobre la identidad ideológica de estos grupos ¿eran liberales o conservadores?
En Argentina los partidos políticos o grupos políticos y sus títulos son un poco confusos en términos de la historia europea. Se usa el término liberal y conservador, por ejemplo en la historia inglesa para designar partidos claros. En Argentina esa diferencia no existe porque normalmente el liberal es lo que entendemos ahora por conservador.
Gobernaba un solo bloque y dentro de ese bloque convivía el temperamento conservador, si por temperamento conservador se entiende conservar las posiciones de poder adquiridas, con el temperamento liberal, si por temperamento liberal se entiende la apertura a un horizonte de reformas que en aquella época era muy importante.
El positivismo representò la vanguardia ideológica de una burguesía identificada con el avance sostenido de la ciencia y de la técnica, como forma de desarrollar las fuerzas productivas y de terminar con las secuelas de la "barbarie" tanto en el orden material como el cultural. La "utopía" positivista apuntaba a configurar sociedades previsibles en las cuales los individuos estuvieran absolutamente absorbidos por el poder.
De esa preferencia por lo previsible, tomaba fuerza la idea de suprimir la "política", identificada con el caudillismo, la confrontación violenta y en general la aparición de tendencias orientadas a suplantar al sector que ejercía el poder. Se pensaba en su reemplazo por la "administración", una actividad regular, con rasgos "científicos", legitimada por la posesión de un saber sobre el bien de la sociedad nacional que abrevara en los grandes derroteros de la "civilización" y consolidara un progreso tan lineal corno indefinido en su duración. Burócratas serenos, imbuidos de soluciones a-valorativas, tomadas después de un estudio desapasionado de cada cuestión de la agenda pública, eran el modelo de "administradores" que debían reemplazar a los "políticos" de una época superada.
Buscaron nacionalizar la cultura del país. Preocupados por los posibles efectos desintegradores de la política inmigratoria, practicaron un liberalismo de neto corte laicista y promovieron la separación de la Iglesia en las cuestiones referentes al Estado. Esto trajo como consecuencia el enfrentamiento con la Iglesia y los sectores católicos representados, entre otros,por José M. Estrada, Pedro Goyena, Emilio Lamarca. El debate entre ambos sectores se caracterizó por el menosprecio que el grupo innovador manifestaba por las posiciones católicas, ya que para la mentalidad positivista el dogmatismo cristiano era el principal obstáculo en el camino hacia el progreso.
Sin embargo, liberales y católicos no se enfrentaron en el aspecto socioecónomico. El rol del país, como proveedor de materias primas, era compartido por ambos sectores.
Un aspecto polémico con respecto al tema tratado es el de la existencia o no de un programa generacional.
Algunos analistas hablan de un "proyecto político y económico de la generación del 80" que, si bien no fue enunciado en forma explicita, se lo puede encontrar definido en discursos políticos y parlamentarios. Manifestaciones de este proyecto serían en el campo político social: las leyes laicas., la concentración del poder y la política inmigratoria.

Mas información:

Literatura: 
("Juvenilla" de Miguel Cané es uno de los escritores más representativos de la generación del 80: En esta novela relata las andanzas de un grupo de estudiantes  en el COLEGIO NACIONAL DE BUENOS AIRES) 

http://escritorioalumnos.educ.ar/datos/recursos/libros/juvenilia.pdf  

Video:
(Filosofía Aquí y Ahora - José Pablo Feinmann - "La Generación del 80")

http://www.youtube.com/watch?v=3ZTW5IlrY_Q




viernes, 16 de agosto de 2013

La evangelización en América

La evangelización en la Nueva España, también llamada por Robert Ricard conquista espiritual, fue un proceso que implicó mediante la enseñanza de la religión católica en los territorios de la Nueva España, la transmisión de la cultura occidental. La religión católica fue un elemento clave en la expansión del Imperio español y punto fundamental en su desarrollo posterior al ser la Iglesia Católica un aliado político de los españoles y los conquistadores, quienes justificaron en todo momento sus acciones expansivas en el derecho divino y la enseñanza de la fe católica para los infieles.

En el caso de la Nueva España la enseñanza de la religión fue una necesidad primordial al tener enormes núcleos de población en Mesoamérica con un grado avanzado de desarrollo religioso, así como estados teocráticos y prácticas opuestas a principios religiosos occidentales como el sacrificio humano y la poligamia. Millones de indígenas tenían que ser adoctrinados en el catolicismo por el Imperio español para dos fines fundamentales: la salvación eterna, el Credo católico y la integración inmediata a los usos occidentales.


España poseía a principios del siglo XVI aún el llamado espíritu de Reconquista para combatir a los infieles y la creencia en un plan divino para llevar el evangelio, la verdadera fe y la civilización a todos los rincones de la tierra, según las enseñanzas de Jesucristo, justificación ideológica adecuada para las acciones del primer imperio capitalista de la historia de la humanidad.


Carlos V y Felipe II Fueron los principales impulsores de este proceso que tuvo como protagonistas principales a los frailes de las llamadas órdenes mendicantes, las cuales además de atender las carencias espirituales indígenas con notables soluciones y métodos -que incluyeron esfuerzos importantes en arquitectura, pintura, música, teatro, traducción de textos y aprendizaje de lenguas indígenas- intentaron implementar entre las cantidades ingentes de indígenas mesoamericanos el estilo de vida europeo con alfabetización, enseñanza de artes y oficios, modos de gobierno y organización civil, leyes, urbanización occidental y la construcción de edificios de diversa índole.


Relaciones de la Iglesia con el Estado y los pueblos indígenas


Los pueblos indígenas fueron en principio hostiles a la nueva doctrina y muchos de ellos se negaron a aceptar la religión católica como única oficial. Los frailes se   
encargaron de la labor evangelizadora y educativa, y en esta tarea destruyeron sistemáticamente todo vestigio de lña cu. A la vez, integraron valores del México prehispánico. La Inquisición fue establecida en 1571 a semejanza de la española, que vigilaba y reprimía las manifestaciones contrarias a la religión, llevando muchas veces a sus sentenciados a la pena capital. En principio, los religiosos se enfrentaron a Felipe II pues los sacerdotes deseaban abolir la esclavitud y la servidumbre predominante entre los indígenas, pero el rey se negó y estuvo a punto de expulsarles de sus dominios. El Papa Sixto V intervino y concilió a ambas partes

Las ordenes Mendicantes


Franciscanos, arribaron en 1524.





Dominicos, arribaron en 1526




Agustinos, arribaron en 1533.


Los jesuitas 
Las misiones jesuíticas guaraníes o reducciones jesuíticas guaraníes fueron un conjunto de treinta pueblos misioneros fundados a partir del siglo XVII por la orden religiosa católica de la Compañía de Jesús entre los indios guaraníes y pueblos afines, que tenían como fin su evangelización.

Las misiones o reducciones que los religiosos de la Iglesia católica pertenecientes a la Compañía de Jesús, conocidos uiversalmente como padres jesuitas ubicaron entre los guaraníes, guaycurúes y sus pueblos afines en las regiones del Guayrá, Itatín, Tapé (las tres en el actual Brasil), Uruguay (Brasil, Argentina y Uruguay actuales), Paraná (Argentina, Paraguay y Brasil actuales) y las áreas guaycurúes en el Chaco (Argentina y Paraguay contemporáneos), fueron establecidas en el siglo XVII dentro de territorios pertenecientes al imperio español en la Gobernación del Río de la Plata y del Paraguay y sus gobernaciones sucesorias a partir de su división en 1617: la Gobernación del Paraguay y la Gobernación del Río de la Plata, todas dependientes del inmenso Virreinato del Perú y fundadas con el fin de evangelizar a los indios.


Eclesiásticamente formaban parte de los obispados católicos de Buenos Aires y de Asunción e integraban la Provincia Jesuítica del Paraguay.